Castillo de Andrade

 

 



Desde la torre del Castillo de A Nogueirosa, también llamado de Leboreiro o de Andrade, se tiene la mejor vista panorámica de la zona, dominándose las rías de Ares, Ferrol y Coruña.

Los orígenes de este castillo se relacionan con Fernán Pérez de Andrade, quien, a pesar de la oposición del priorato de Sta. Mª de Sobrado, lo mandó construir en 1369. Las obras se llegaron a parar por este enfrentamiento, y la obra se concluyó en 1377, con la condición del pago de 10.000 maravedíes anuales en concepto de arrendamiento.

El castillo tuvo un papel importante durante las revueltas irmandiñas, quedando prácticamente derruido en el año 1467. En la primera Revuelta Irmandiña fue atacado por las tropas de Alonso de Lanzós, que fue finalmente derrotado por Nuno Freire de Andrade. Cuenta la leyenda que después de pasar cien días en una mazmorra, tras cortarle la mano derecha, lo enterraron vivo, de pie en el interior de un muro de tres metros de ancho.

 

Cuenta la leyenda que el lanzal Roxín Roxal y doña Tareixa, hija de don Nuno de Andrade, estaban enamorados, pero éste al darse cuenta decidió casar a su hija con don Henrique de Osorio y enviar a Roxín Roxal en buscar de fortuna por el mundo. El muchacho le pidió quedarse en la zona sin pasar de la torre de la Nogueirosa, a lo que don Nuno accedió. Se cuenta que en aquellos días un enorme jabalí andaba estropeando  cosechas y matando gente por la zona. Don Nuno decidió organizar una cacería para matarlo. Allá fueron, y acorralaron al jabalí, que viéndose amenazado atacó, matando a doña Tareixa mientras don Henrique se escapaba. Al día siguiente el jabalí apareció muerto en el lugar que hoy conocemos como Ponte do Porco, con la daga que don Nuno le había regalado a Roxín Roxal en la garganta. En ese momento el de Andrade se dió cuenta de que Roxín Roxal si que habría defendido a su hija ante el animal

 

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